La obra El Paisaje Olvidado es una pieza de arte textil, bordado por un grupo de mujeres de Calle Larga, localidad rural del Valle del Aconcagua, para la recuperación de la memoria visual y narrativa del paisaje del campo chileno. El textil narrativo se caracteriza por la utilización de un lenguaje formal descriptivo y de suaves materialidades que lo convierten en un medio didáctico e ilustrativo para la generación y transmisión de aprendizajes de manera colectiva y participativa.
El 2023 un grupo de vecinas de Calle Larga fue convocada para la realización del proyecto de investigación Tramar el Caminar, cuyo objetivo fue estudiar la dimensión táctil del bordado en colectivos de mujeres caminantes, que recorren a pie su comuna. Como resultado de esta investigación nace un grupo de bordadoras integrado por Ana María Pérez, Mónica Tobar, María Lobos, Bethania Carrasco, Benigna Triviño, Solange Cortés y María José Durán quienes, por medio del bordado colectivo, compartieron relatos e historias en común sobre la riqueza natural y cultural del lugar donde han vivido toda su vida. Así, del Tramar el Caminar surgió El Paisaje Olvidado, segunda investigación que buscó reconstruir la memoria rural del paisaje de Calle Larga como respuesta y resistencia frente a los fenómenos de cambio climático (sequía y escasez hídrica) y de cambio de uso de suelos (proceso de urbaniación), evidenciando profundos cambios en las formas de vida asociadas al campo de la zona central de Chile.
Para la realización del trabajo se generaron encuentros de conversación con vecinas de mayor edad y una investigadora especialista en flora nativa, rescatando relatos vivenciales que complementaran el imaginario de las bordadoras y profundizando los aprendizajes adquiridos desde cruce desde los saberes locales y conocimientos científicos, cuyo resultado fue la creación de una gran pieza de arte textil que ilustra la historia del lugar y de la vida campesina del sector.
Algunas de las preguntas abordadas en la investigación fueron las siguientes: ¿Qué entendemos por paisaje y qué cambios observamos? ¿cómo ha afectado la transformación del paisaje en las tradiciones locales? ¿qué elementos culturales e identitarios de la comunidad de Calle Larga se forjan en el vínculo con su entorno natural? ¿qué sensaciones de bienestar generaba el entorno natural en nuestra infancia? y ¿cómo afecta el acelerado proceso de urbanización de los entornos campesinos en la vida cotidiana?
De las respuestas obtenidas se levantaron temas asociados a los efectos de la sequía y a la escasez hídrica, a la disminución de crianceros por la falta de alimento o follaje silvestre, a la desaparición del cultivo de trigo por el alto costo de la producción artesanal, al aumento demográfico y cambios en los ritmos de vida, al deterioro de la biodiversidad de flora y fauna de los cerros islas y a los efectos sobre el entorno de las plantas de energía fotovoltaicas, entre otros.
Estos fenómenos, negativos en su mayoría, hacen urgente la preservación de la memoria de estos paisajes a través del trabajo mancomunado entre diferentes actores de la comunidad.
El lugar elegido para la realización del trabajo fue el Centro Cultural y Museo Pedro Aguirre Cerda, (antigua casa del ex presidente de la república) por ser el principal espacio cultural y patrimonial de la Comuna. Ubicado en el sector de Pocuro frente al cerro Patagual, el lugar se establece como un punto de encuentro para la comunidad a partir de un programa amplio de actividades culturales como muestras de arte local, teatro, conversatorios, reuniones municipales, instancias educativas y visitas de colegios, además de contar con una biblioteca con referencias bibliográficas locales. El resultado final fue expuesto ante la comunidad en la Escuela Cristo Redentor de San Vicente, antiguo comedor del complejo para los trabajadores de la ex Hacienda San Vicente. Para los habitantes de Calle Larga este lugar es especialmente significativo, pues representa parte del legado patrimonial de la localidad, cuya misión es la de respetar y atesorarlo “como fruto del esfuerzo, organización y participación de los antepasados, quienes sobreponiéndose a la adversidad de la época lograron un punto de quiebre en la participación social de su propio desarrollo, destacando la importancia de trabajar y convivir en una comunidad con sentido de superación y colaboración”.