Carta de Violeta Parra a Álvaro Bunster, Secretario General de la Universidad de Chile, 1960.
Señor
Álvaro Bunster
Secretario General de la Universidad de Chile
PRESENTE
Estimado Álvaro:
Hace diez años que trabajo en la investigación musical del pueblo de Chile. Sin amparo de nadie. Sin sueldo. Sin doctor ni montepío.
Sola como un pájaro.
El trabajo realizado hasta hoy, con sacrificios de toda especie, arroja el siguiente resultado:
A. Libro que editará Nascimento con 85 cantos y sus 85 líneas melódicas; conversaciones con ancianos cantores en los cuales surgen a raudales dichos populares, cuentos y leyendas en su más puro lenguaje; fotografías de estos cantores….
El libro empieza con un prólogo de Enrique Bello y finaliza con un apéndice explicativo de todo el material que contiene.
B. Cuarenta cintas magnéticas con aproximadamente quinientas canciones extraídas de su fuente de origen.
C. Ciento veinte canciones grabadas en discos nacionales y extranjeros por mí misma en Odeon. Estos discos han sido presentados con carátulas de los pintores Antúnez y Escámez, con folletos explicativos para orientación de los interesados.
D. Una docena de cuadernos manuscritos conteniendo poesía popular campesina.
La música grabada en cinta magnética corresponde a una mínima parte del folklore musical de las zonas geográficas:
Norte Grande.
Norte Chico.
Centro.
Sur Zona de Arauco.
Chile está sembrado de folklore inexplorado. Yo tengo entusiasmo, experiencia, cariño y fuerza para llevar a cabo el trabajo completo que Chile precisa realizar para llevar a cabo el trabajo completo que Chile precisa realizar algún día y de todas maneras. Yo no puedo seguir haciéndolo con las uñas, ni atravesando potreros, barriales, cerros y pampas, arrastrando mi vieja máquina grabadora, mis cuadernos y mi guitarra como una huérfana siendo que este trabajo beneficia a toda la población del país.
Por eso es que te pido amparo, Álvaro.
Presentaré como prueba de mis años de trabajo al servicio de Chile todo el material que digo tener.
Ahora… ¿para qué te pido ayuda?
Mi plan es el siguiente:
Partir y recorrer desde Arica a Magallanes para recoger las treinta mil canciones que sospecho Chile tiene a lo largo de su extensión. Para llevar a cabo el plan preciso lo siguiente:
Un jeep, pero Land Robert inglés donde pueda vivir, pues considero un gasto inútil el hotel.
Una maquinita que realiza dos papeles al mismo tiempo: grabar y filmar.
Un generador de electricidad.
Una máquina de escribir portátil y libro de apuntes.
En esta gira seré chofer, recolectora, técnico de sonido y fotógrafa.
En cada pueblo realizaré minuciosa investigación y cada mes daré cuenta al único jefe que deseo tener y este es el Secretario General de la Universidad de Chile, Álvaro Bunster.
El trabajo a cumplirse está íntimamente ligado a la radio y la televisión por lo tanto desde cada pueblo enviaré crónicas sonoras y filmadas con los más interesante que encuentre a mi paso.
En programas breves de cinco minutos se puede ir entregando mi trabajo, de ahí que debo estar ligada al Departamento de Radio donde se irá viendo el fruto de mi misión.
Yo estoy en condiciones de empezar mañana con la provincia de Santiago mientras se ordena la adquisición de los elementos necesarios.
Repito que pido este amparo para servir a la Patria tal como tú lo haces desde tu alto cargo.
Los diez años que llevo trabajando al margen de toda ayuda ¿no me dan derecho a solicitar de la Universidad su ayuda?
El largo programa hecho en la televisión lo hice nada más que para mostrar mi trabajo. No lo hice para lucirme. Créeme, Álvaro.
Estaba tan angustiada por no poder trabajar en la medida que mi energía lo requiere. Y de alguna manera quería lograr tu estimación.
Yo no hablo con vanidad. Lo hago con sencillez de huasa que no sabe escribir ni explicarse con claridad.
Sólo tengo mucho deseo de trabajar, pero nunca más como lo he hecho hasta ahora sino como ser humano.
Ayúdame Álvaro… Será bueno para todos.
Qué lindo sería decir alguna vez, la Universidad me ayuda, Álvaro me ayuda a entregarle al país lo que le corresponde.
Quedo entre espinas aguardando tu decisión.
Gracias por dejarme enviarte esta carta que tan lejos está de lo que debe enviarse al Secretario General, porque yo estoy muy distante de comprender el mundo de las cartas de oficina. Nunca fui funcionario… Mejor porque así hablo con el alma y no con la cabeza.
Yo quisiera que esta carta no terminara nunca, para no tener que recibir por tercera vez una negativa tuya.
Ahora tengo fe… No sé porqué, pero tengo fe.
Gracias… Saludos.
Violeta Parra.